Veamos algunos consejos puntuales que los padres podemos seguir para incentivar estas importantes habilidades en nuestros niños y niñas, de modo que sean una ventaja no solo para sus estudios académicos sino para todas las áreas de su vida:
1. Debemos crear y alimentar el hábito. Esta es la manera más efectiva de que un niño aprenda y domine el arte de leer y escribir. Con el ejemplo y la práctica cotidiana de la lectura y la escritura en todo lo que hacemos en casa conseguimos que nuestros hijos se acostumbren a ellas y las hagan parte de su forma de ser, pensar y actuar.
2. Debemos sentarnos a revisar con los niños sus cuadernos y apuntes escolares. No como una acción invasiva y fiscalizadora, sino como una estrategia para reflexionar con el niño o la niña sobre su forma de escribir y sus avances en la comunicación escrita de sus ideas.No se trata de criticarlos y descalificar todo lo que hacen sino explicarles en cada caso, la importancia de escribir con ortografía y buena redacción para que lo escritos luzcan ordenados y sean claros.
3. Debemos coordinar tareas con el colegio. Allí nos pueden y deben brindar consejos para ayudar a nuestros hijos a leer y escribir mejor y hacerlo de forma agradable y efectiva, no como una tarea aburrida y sin sentido.
4. Debemos leer y leer, escribir y escribir con frecuencia. Han de ser actividades naturales, libres: realizadas porque las necesitamos o queremos hacerlas, no como producto de una imposición.Esto es clave para formar un hábito de verdad, junto a la presencia intencionada de los libros y los materiales de escritura libre.
5. Debemos recordar que escribir y leer son procesos complejos. La escritura es un proceso que requiere tiempo y trabajo para generar y organizar ideas, así como planear su redacción. Es muy importante contemplar la revisión conjunta y la reescritura para que el niño consiga dominar el proceso completo. De igual forma, la lectura es más que seguir letras y garabatos en un papel, es predecir, inferir, asociar, argumentar, sacar conclusiones y formarme mi propia opinión de lo leído.
6. Debemos recordar que escribir y leer son procesos que se complementan. Sin duda, la lectura es la mejor aliada de la escritura y viceversa, por ello debemos promoverlas juntas. Leer bien para escribir bien. La buena escritura facilita la buena lectura.
7. Debemos aprovechar los recursos tecnológicos y enseñar a los niños a utilizarlos con prudencia y eficiencia. En particular las nuevas tecnologías proveen ventajas y nuevas maneras de leer y escribir. En cambio de prohibirlas y limitarlas, debemos aprovecharlas para mostrar a los chicos distintos contextos y formatos de lectura y escritura, y explicarles lo que es pertinente y lo que no lo es en cada caso.
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