1. Apóyalos para que concreten sus ideales y cuando quieran servir a los demás.
2. Ayúdales a aclarar sus dilemas o problemas y a buscar las soluciones.
3. Trátalos como te gustaría que te trataran a ti. No los agredas, no los grites, no los critiques ni los sermonees, ni les eches en cara lo que has hecho por ellos.
4. Enséñales con el ejemplo.
5. Enséñales a ahorrar y a administrar bien el dinero y otros recursos materiales.
6. Enséñales a cultivar sus talentos, a valorar sus capacidades y limitaciones, y a sacar provecho de unas y otras.
7. Permíteles hacer sus propias elecciones a medida que vayan creciendo (por ejemplo, la ropa que desean ponerse, el postre que prefieren), sin delegarles las elecciones que son tu responsabilidad (por ejemplo, las que tiene que ver con el cuidado de su salud e integridad, ir al colegio, respetar a los otros).
8. Respeta su privacidad, sin dejar de cuidarles según los riesgos que tengan en cada edad.
9. Transmíteles tu experiencia y tus convicciones, pero permíteles construir las propias.
10. Usa las palabras sobre todo para aconsejarlos, motivarlos, reafirmarlos, consolarlos, felicitarlos y decirles que los amas.
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